En ocasiones, la dinámica en la que nos encontramos nos impide percibir los pequeños momentos que a nuestra vida asoman, pasamos veloces por ellos pensando en el día que está por llegar, ¡craso error!:
"disfruta del presente y no pienses en lo que después vendrá, porque, amigo mío, seguro que vendrá"
El cuento es muy sencillo,
usted nace,
contempla atribulado
el rojo azul del cielo,
el pájaro que emigra,
el torpe escarabajo
que su zapato aplastará
valiente.
Usted sufre,
reclama por comida
y por costumbre,
por obligación,
llora limpio de culpas,
extenuado,
hasta que el sueño lo descalifica.
Usted ama,
se transfigura y ama
por una eternidad tan provisoria
que hasta el orgullo se le vuelve tierno
y el corazón profético,
se convierte en escombros.
Usted aprende
y usa lo aprendido,
para volverse lentamente sabio,
para saber que al fin el mundo es esto,
en su mejor momento
una nostalgia,
en su peor momento
un desamparo,
y siempre, siempre
un lío,
entonces,
usted muere.
Mario Benedetti, en 'Curriculum'