. . . donde la discreción y la prudencia no tienen cabida y las palabras adquieren la dimensión justa de lo que cada cual esté dispuesto a percibir.

Pétalo de rosa


Esto que ves es todo lo que tengo -y abrió su mano para mostrárselo.
Aquí se encuentra todo mi ser.
Sólo es un pétalo de rosa –dijo él.
No, míralo bien.
Lo tomó entre sus manos, lo observó y jugueteó.
Tan sólo es un pétalo, nada más –volvió a decir- y lo dejó.
Esto que has dejado
es mi amor,
amor de mujer.

D.M. Carlota, en 'Pétalo de rosa'
*Imagen adquirida de la web, desconozco la autoría

Lostalé y su poesía

En el encanto de lo perdido vive la tristeza.
Su daño no son espinas, aunque mane la herida.
Sin rumbo una forma nos lleva

y esa forma es sólo la tensión de un reflejo,
campo puro que eleva el sentimiento hasta el rastro de una voz
y desde allí vuelve al mundo,
espacio frágil de su visión.
Congregado tiempo reverbera
desde un corazón hacia dónde:
pues todos pasan en olvido
de la germinal pulsación que los nombra.
Trapasa la mirada continuo hilo de sueño
que nunca llega a juntar
lo que en disperso aliento
completo e íntimo se va.
En el encanto de lo perdido vive la tristeza,
y es su reino un sueño destronado
que, como el amor, en su altitud nos sostiene,
mientras apagada llama no deja de arder.
Camino es la tristeza que con todos a ninguno llega;
por eso siempre vive en la anunciación del regreso,
en su esplendor de brisa que ningún corazón refleja
aunque a su memoria pertenece,
cuya luz penetra el mundo con la mirada del expulsado.
Tristeza es el silencio después de cada ser.

Tristeza, en 'La rosa inclinada'. 1995

Calambur Poesía, 35
Autor: Javier Lostalé
Madrid, 2002


'La rosa inclinada' recoge la obra poética completa de Javier Lostalé, así como su libro inédito de poemas en prosa La estación azul. Se trata de una obra poética de culto y semiclandestina, inclasificable, que por diversas circunstancias, nunca relacionadas con su obra, se ha quedado fuera de antologías y circuitos comerciales. La rosa inclinada nos ofrece una voz poética original y madura, íntima y emocionada, que funda, con un lenguaje que roza por momentos lo místico, la memoria del corazón.

Javier Lostalé nació en Madrid en 1942. Profesional de Radio Nacional de España ha obtenido los premios Ondas y Nacional de Fomento de la Lectura a través de los medios de comunicación.

Formó parte de la antología Espejo del amor y de la muerte (1971) y es autor de los libros de poemas Jimmy, Jimmy (1976; 2000); Figura en el Paseo Marítimo (1981); La rosa inclinada (1995), Premio de Poesía Juan de Baños; Hondo es el resplandor (1998) y La estación azul (1998-2001), hasta hoy inédito. En 1971 antologó la poesía de Vicente Aleixandre bajo el título de Antología del mar y la noche, y pertenece a la Academia Castellano-Leonesa de Poesía.

JIMMY, JIMMY (1976)
V
No siempre la luz nos acerca a la verdad de un rostro,
pues, soberana, desconoce esas manchas humanas que
                                                           {dolorosas se contraen
bajo un foco inclemente.
No siempre la palabra nos acerca a la verdad de un labio
pues unas burbujas sonando nunca alcanzan un corazón.
No siempre una mirada nos acerca a la verdad de unos ojos,
pues unas ruinas recorrieron y desde entonces una flor no
                                                                     {puede romper
con su claridad la turbia tela de aire que los unifica
                                                                 {indiferentes.
No siempre el abandono nos trae una respuesta, ni el
                                                                          {silencio
nos corta como aspas entreabriéndose un paisaje.
No siempre. No nunca. Por eso todavía nos engañamos.
Y cogemos una cuartilla. Y vamos uniendo palabras.
Aunque sabemos que la verdad tampoco es ésta. Fuera
o dentro: soledad siempre: he aquí el poema.


Jorge Cuesta

La vida cambia lo que fue primero
y lo que mas tarde es no lo asegura,
y la memoria, que el rigor madura,
no defiende su fruto duradero…


Jorge Cuesta, en 'No aquel que goza, frágil y ligero', (fragmento)

13:25 h.


Tengo en mi corazón
un gran amor,
el mayor amor
que una mujer puede sentir,
un once de junio
a mi vida llegó
y desde entonces
no lo he dejado de sentir.


Dámaso Alonso y su poesía


Gota pequeña, mi dolor.
La tiré al mar.
Al hondo mar.

Luego me dije: ¡A tu sabor
ya puedes navegar!

Más me perdió la poca fe...
La poca fe
de mi cantar.
Entre onda y cielo naufragué.
Y era un dolor inmenso el mar.


Dámaso Alonso, en 'Gota pequeña, mi dolor'


*Imagen adquirida de la web, desconozco la autoría

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