. . . donde la discreción y la prudencia no tienen cabida y las palabras adquieren la dimensión justa de lo que cada cual esté dispuesto a percibir.
Confinamiento
Cansado, sobre todo, de estar siempre conmigo, de hallarme cada día, cuando termina el sueño, allí, donde me encuentre, con las mismas narices y con las mismas piernas; como si no deseara esperar la rompiente con un cutis de playa, ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia, acariciar la tierra con un viente de oruga, y vivir, unos meses, adentro de una piedra. Oliverio Girondo en 'Cansancio'