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donde la discreción y la prudencia no tienen cabida y las palabras adquieren la dimensión justa de lo que cada cual esté dispuesto a percibir.
Despertar
La otra noche soñé con tus dedos dibujando caricias sobre mi cuerpo.
Al despertar no estabas a mi lado.
Maravilloso sueño,
triste despertar.
Carlota
*Imgen adquirida de la web, desconozco la autoría
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