. . . donde la discreción y la prudencia no tienen cabida y las palabras adquieren la dimensión justa de lo que cada cual esté dispuesto a percibir.

Doctor
















No es que no haya pasado por esto antes,
ni que desconozca este dolor que ha vuelto,
si bien es cierto que aún no he muerto,
hay un doloroso inventario en mis estantes.


Pero este dolor ha vuelto más sagaz y más agudo,
más experto, mas práctico y astuto,
se ha graduado y superado a si mismo,
hoy tiene títulos, doctorados y pergaminos.

Se burla de mi inteligencia y me tortura la razón,
me ensancha la herida y desgarra el corazón.


. . .



Dolor de promesas en estado de coma,
de fragancias que no encuentran aroma,
de hermosos sueños en cuidados intensivo,
ilusiones bajadas a pedradas de lo alto de su nido,
Dolor de una media mitad cercenada del alma,
de una tormenta interior que no encuentra calma,
de un reflejo arrancado del espejo,
es tan nuevo y a la vez tan viejo.

De caricias quemándose en las manos
y un millón de besos derritiéndose en los labios.

Dolor de la más terrible ausencia,
de la indiferencia que lastima sin ninguna clemencia,
de gritos sin sonidos perdidos en el tiempo,
de ya no escuchar nada en el silencio.

De amar mas que hace un segundo
a cambio de un no cruel y rotundo.

No es que no haya pasado por esto antes
ni que desconozca este dolor que ha vuelto,
simplemente que ya lo consideraba muerto.
Julio Valencia, en 'Doctor dolor'

Lienzo de Steve Hanks
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