. . . donde la discreción y la prudencia no tienen cabida y las palabras adquieren la dimensión justa de lo que cada cual esté dispuesto a percibir.

Lágrimas dormidas


Quise dejar las lágrimas dormidas
y despertar sonrisas jubilosas.
Disfracé la tristeza
vistiéndola de alegre danza,
maquillé la mirada
con una sutil línea blanca,
oculté el sentimiento
ahogándolo en un mar de silencio.
Quise dejar las lágrimas dormidas
pero ahora despiertan ...
                                        de su letargada agonía.

D.M. Calota, en 'Lágrimas dormidas'
*Imagen adquirida de la web, desconozco la autoría

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