. . . donde la discreción y la prudencia no tienen cabida y las palabras adquieren la dimensión justa de lo que cada cual esté dispuesto a percibir.

Camino de recuerdos

Toda mujer en algún momento de su vida necesita hacer una pausa en el camino. Hace algún tiempo su momento llegó y recordó lo que fue y pensó lo que había llegado a ser.

Recordó el dolor sufrido y al mirarlo comprobó que había aprendido a olvidar, al igual que se olvidan los viejos paraguas en un día nublado, solo te acuerdas de ellos cuando regresa la lluvia. Entendió que el tiempo no lo cura todo, siempre queda la cicatriz de las heridas, y que la distancia no hace el olvido pero difumina el dolor.

Con cada herida recibida crecía en altura. 







*Imagen adquirida de la web, desconozco la autoría

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