No, no debe asustarte el invierno, aunque ahora sea verano, porque el presente permanece en el futuro, como una cadena, como una cadena quieta, y tampoco deben asustarte los futuros fríos, al amanecer, los campos encharcados, cuando todo parece una naturaleza sin vida, porque el corazón conserva la luz de los soles que se fueron y en los ojos permanecen los recuerdos del pasado, tampoco debe asustarte la muerte porque los sarmientos traerán el vino nuevo y nuestro presente asentará el mañana de los otros.
Manuel Vázquez Montalbán, en Galíndez