. . .
donde la discreción y la prudencia no tienen cabida y las palabras adquieren la dimensión justa de lo que cada cual esté dispuesto a percibir.
Aprender a vivir
Si puedes pasar una tarde perfectamente improductiva de una manera perfectamente ociosa,
has aprendido a vivir.
Lin Yutang
Lienzo,
Hettinger David
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