. . . donde la discreción y la prudencia no tienen cabida y las palabras adquieren la dimensión justa de lo que cada cual esté dispuesto a percibir.
Prohibido
Hay días en los que me prohibo hablar, reír, llorar, sentir, pensar, soñar e incluso respirar. D.M. Carlota *Imagen adquirida de la web, desconozco la autoría